He vuelto a fumar. Lo hago de forma menos compulsiva que
antes.
Me preguntas ¿Cómo estás?
El humo lo envuelve todo y poco a poco mi cerebro va
suavizando el dolor punzante de los primeros meses. La total aceptación sigue pareciéndome
imposible de momento, pero ahí estoy, tratando de llevar mi duelo de la mejor
forma que cuerpo y mente me permiten, otras veces creo que siento una
incomprensible calma. No sé muy bien donde situarme emocionalmente pero doy
gracias por las habilidades que estoy conociendo de mi misma y que me permiten
no volverme loca. No puedo marcar la muerte de María como el punto final de
nuestras vidas. Ella no me lo perdonaría, de modo que trabajo cada día mi duelo
y con altibajos sigo el camino que la vida ha decidido para mi.
Salgo a caminar por la mañana con los auriculares puestos y la
música, especialmente determinadas canciones, me conectan directamente a mis
recuerdos sobre María. Cómo te gustaba la música. Siempre te recuerdo cantando
y bailando. Maldito reggaeton hija, cuantas risas hemos echado haciendo el
gamba.
Camino deprisa y en soledad. Lo necesito. Son ratos para
nosotras. Me descubro contándote cosas en una conversación imaginaria pero que
yo siento muy auténtica. Me respondo como estoy segura de que tú lo harías.
Trato de conservar fielmente tus expresiones, tu risa, tu forma atropellada de
mover ese cuerpo tan grande y lloro y rio durante la travesía. La brisa
mañanera me atiza en la cara, apenas me cruzo con nadie. El sendero junto al
rio va variando de día en día porque la primavera está despertando un nuevo
ciclo de esta vida en la que no estás. Caminamos juntas.
Lucia se casa.
Siempre dijiste que sería la primera. Será en breve.
Me he comprado un vestido verde. Sé que te gustaría. Y
aunque en esos ratitos de probador que solíamos hacernos te he echado tanto a
faltar, Luci y Lola han estado ahí. Iré guapa hija y trataré de sonreír cuanto
pueda porque es lo que te hubiera gustado. Estarás con nosotros todo el tiempo,
como siempre María. David y Emma nos acompañaran y juntos brindaremos en tu
memoria por la preciosa vida que compartiste con nosotros y por lo felices que
nos has hecho. Estarás sin estar, porque por nada del mundo querías perdértelo.
Te quiere, mamá.
Comentarios
Publicar un comentario