Solo una única vez he deseado morir y fue hace muchos años. Creo habérselo contado a alguna amiga, haber hablado de ello en alguna confesión íntima sobre la experiencia de la felicidad y los hijos. Felicidad y muerte es una combinación difícil de entender, pero el deseo de finalizar es lícito en cualquier caso, tanto si se trata de terminar con el sufrimiento como si se trata de concluir algo que consideras perfecto. Vivir, morir, empezar, terminar...¿Se puede llegar a un estado de plenitud insuperable? Sucedió una bochornosa tarde de verano en nuestro pisito del ensanche de Barcelona. Era la hora de la siesta. Yo tumbada sobre la cama de aquel cuarto azul que habíamos preparado para los niños, y que presidia un enorme dibujo en la pared que había copiado de un cuento: un personaje del circo al que pusimos un nombre que ahora no recuerdo. Un hombrecillo sonriente, con bigote y una vistosa chistera que lucía un frac y unos pantalones de rayas anchas y que mantenía en el aire un
La muerte de mi hija María ha supuesto una demolición en nuestras vidas. Escribo para compartir mis sentimientos y recordar el gran regalo que fue tenerla.