Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de enero, 2019

Aquí conmigo. Un año después de decirte adiós.

Y si me estuviera volviendo loca… ¿Es posible que nuestro cerebro perciba lo que nos va a suceder en un futuro próximo aunque no seamos conscientes de ello? ¿Qué sentido tiene todo? Hacía un par de años, quizás tres, que María, impactada por la muerte de un joven español al que habían encontrado en el puerto de Estocolmo y al que tardaron mucho en identificar, había decidido hacerse un tatuaje en su brazo con la dirección GPS de nuestra casa. Nos lo enseñó y nos dijo: “si algún día me pasa algo, quiero que sepan donde vivo”.  Estás como una cabra hija, le dijimos. Curiosamente su último viaje, un mes antes de su accidente, fue precisamente a Estocolmo. María se había hecho donante de órganos y firmado su “testamento vital”. Si me pasara algo, decía, no quiero que me mantengan viva de forma artificial. No quiero vivir si no soy yo misma. Hablamos en casa sobre la muerte digna al final de algún telediario, tras alguna noticia relacionada y de forma completamente natural