“El mundo se divide entre los que se sientan en los bancos de la calle y los que no” Leí esta frase en alguno de los libros que últimamente me arropan y que voy amontonando sobre la mesa del salón junto a una bombonera de cristal vacía, un vaso de té a la menta, los mandos de la tele, un cenicero sucio y la montaña de ensayos que Luis devora. Recuerdo que le di vueltas a esa idea durante un buen rato: “El mundo se divide entre los que se sientan en los bancos de la calle y los que no” Me quedé rumiando sobre la razón que llevó al autor a describir con esa rotundidad la diferencia entre ambos lados; los que se sientan y los que no. Meses atrás estos matices no me hubieran inquietado -estaba yo en otra onda-, pero tras tu muerte enfoco con mayor precisión sobre las emociones y voy descubriendo esa parte de nosotros mismos que desconocía; el nosotros tras la pérdida. El autor debía referirse a eso, a los que han perdido. Últimamente, me ocurre con frecuencia, focalizo pérdi
La muerte de mi hija María ha supuesto una demolición en nuestras vidas. Escribo para compartir mis sentimientos y recordar el gran regalo que fue tenerla.